miércoles, 3 de septiembre de 2008

Un rumano que nunca existió

A continuación, Spectator somete al escrutinio de sus lectores la siguiente biografía:





TRAIAN VASILIU ROMANESCU (1914-2007).- Nacido en Rumania el 4 de septiembre de 1914 en la región de Harghita, cursó y terminó sus estudios en la Universidad de Bucarest habiendo obtenido su Doctorado en Historia a la edad de 22 años. Con un perfecto dominio del Latín y del Griego, era fluído en otros ocho idiomas (Inglés, Francés, Alemán, Ruso, Español, Hebreo, Arameo y Portugués) además de su lengua nativa, el Rumano. En 1937 obtuvo del gobierno de Polonia la distinción de “Gran y Excelso Maestro Emérito” por sus importantes trabajos y estudios sobre los orígenes de la cultura eslava. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, esquivando hábilmente los graves peligros ocasionados por dicha guerra en la cual perdió a todos sus familiares, tras la conclusión de la misma terminó huyendo hacia España como refugiado político dado su acendrado anticomunismo que siempre manifestó en sus escritos. Después de estar impartiendo cátedras en varias universidades de España continuó con su obra trasladándose hasta Argentina, desde donde envió para su publicación varios libros que pronto se convirtieron en “best sellers” en América Latina, entre los cuales se pueden citar La Gran Conspiración Judía, Traición a Occidente, Amos y Esclavos del Siglo Veinte y Subversión Internacional. Al fallecer el 3 de enero del 2007 en su casa en la provincia de Chubut en la región de la Patagonia, en Argentina, su biblioteca personal contenía 148 mil libros y volúmenes de diversos autores así como ocho enciclopedias incluyendo a la Enciclopedia Espasa-Calpe, la Encyclopaedia Britannica y la Enciclopedia Salvat. El Presidente argentino Raul Alfonsín, quien trató en vida al Profesor Traian Romanescu, dijo de él lo siguiente: “Jamás en toda mi vida he conocido y creo que no conoceré un hombre más culto y más preparado intelectualmente que el Doctor Traian Romanescu. No saben cuánto lamento profundamente no haberlo propuesto para Premio Nóbel de Literatura cuando tuve oportunidad para ello”. Como homenaje póstumo en memoria suya, en la Universidad de Bucarest se le dió su nombre a una sala auditorio en la cual la placa metálica que celebra tal evento dice lo siguiente: “En memoria del excelentísimo e insigne Maestro Traian Romanescu, cuya Alma Mater lo proclama ante el mundo entero como uno de sus hijos más distinguidos y como un ejemplo a seguir por todas las generaciones futuras de jóvenes ansiosos por seguir el brillante ejemplo de uno de los intelectuales más destacados de Europa del siglo pasado”.

Un currículum impresionante, ¿verdad?

Bueno, lo sería, excepto que es un currículum falso.

La fotografía del individuo no es de ningún rumano llamado Traian Romanescu. De hecho, es la fotografía de un tipo nacido en la región de Bohemia, un individuo cuyo nombre real es Victor Lustig, uno de los más grandes estafadores de todos los tiempos, conocido también como “el rey de los estafadores”. Se trata ni más ni menos que del hombre que vendió la torre Eiffel. Esta ficción de Spectator no es muy diferente a la de la película soviética El teniente Kijé (en la cual se inspiró el inigualable compositor ruso Sergei Prokofiev cuando escribió una obra con el mismo título, su opus 60) que trata acerca de un Teniente Kijé que nunca existió, el cual fue solamente una quimera del Zar, el resultado de una equivocación al leer un informe militar. Como nadie se atreviera a señalarle esta equivocación al Zar (¡el Zar nunca se equivoca, y ay de aquél que ose señalarle que se ha equivocado!), se tuvo que inventar un militar rodeado de parientes, esposa, una carrera y, finalmente, un entierro para deshacerse de él.

Y, por último, el otro apellido del “Traian Romanescu” de Spectator, Vasiliu, sí es un apellido rumano legítimo, excepto que dicho apellido fué tomado “prestado” del excepcional poeta rumano George Vasiliu. Quienes están familiarizados con los libros publicados en México de “Traian Romanescu” saben de sobra que tal personaje jamás tuvo dos apellidos rumanos, y si los tuvo jamás los usó en sus libros.

Esta jugarreta que acaba de llevar a cabo Spectator sobre sus desprevenidos lectores debería servir como alerta y antecedente para evitar ser engañados con los falsos Traian Romenescus que la ultraderecha neo-Nazi les quiera presentar como tales a sus también desprevenidos lectores, con la diferencia de que Spectator honestamente hace la aclaración pertinente sin mantener a sus lectores en el engaño mientras que los literatos de la ultraderecha nunca salen de la mentira y por el contrario se aferran a ella inclusive cuando ha sido expuesta de mil maneras con pruebas documentales en la mano.

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En México, alguna vez hubo un “Traian Romanescu” cuya obra prolífica fue decisiva para inducir a las sociedades clandestinas de la ultraderecha a centenares de jóvenes deslumbrados con su sapiencia antisemítica haciéndolas florecer como nunca antes. Así se hacía llamar, “Traian Romanescu”. Como Victor Lustig, el hombre que vendió la torre Eiffel, tipos como Salvador Borrego, Traian Romanescu, Joaquin Bochaca y David Irving son también grandes estafadores, maestros del engaño. Sin embargo, si algo se puede decir de Victor Lustig, es que sus estafas no movieron a nadie al odio, ni al crimen ni al asesinato. En comparación con los ponzoñosos historiadores revisionistas de la ultraderecha de hoy, Victor Lustig era un santo.

Exceptuando a Salvador Borrego, ningún otro propagandista de la extrema derecha le ha hecho más daño con sus obras a las juventudes de Hispanoamérica, perturbando mentalmente a millares de jóvenes e inclusive a adultos inexpertos que deberían saber mejor, que ese escritor fascista neo-Nazi conocido como Traian Romanescu, el hombre que introdujo a América Latina a “la gran revelación” acerca de “la gran conspiración judía”, precisamente el título de su más importante y conocida obra. La Organización Nacional del Yunque que está padeciendo México en estos momentos es una consecuencia directa de los escritos de pseudo-historiadores revisionistas como Traian Romanescu que mucho hicieron para crearle al continente americano su peor amenaza. Quienquiera que quiera hacer frente a esta grave amenaza que hoy se cierne, debe tratar de saber todo lo que sea posible saber acerca de esta gente, lo cual requiere familiarizarse con el tipo de literatura con el cual los nuevos reclutas están siendo inducidos dentro del movimiento que ellos mal llaman “nacionalista”.

Precisamente en su libro La Gran Conspiración Judía publicado en la Ciudad de México en 1961, Traian Romanescu se describió a sí mismo como un académico procedente de la Universidad de Bucarest de Rumania, y también en dicho libro se describió como “ACTUALMENTE REFUGIADO EN OCCIDENTE”.

Rumania no sólo es el país en donde el novelista inglés Bram Stoker hizo nacer y crecer la leyenda de Drácula. También es el país en el que durante la Segunda Guerra Mundial nació y creció la terrible Guardia de Hierro con sus militantes ultraderechizados hasta la locura por propaganda Nazi muy similar a la propaganda extremista elaborada años después en México por Traian Romanescu, los cuales bajo el liderazgo de Horia Sima y convertidos en dráculas a su manera terminaron de modo excesivamente cruel con las vidas de todos los desafortunados judíos rumanos que cayeron en sus manos, disfrutando el martirio de sus víctimas con un bestialismo sádico digno de Vlad Tepes el Empalador. Esto continuó hasta que Rumania cayó bajo la órbita del dictador ruso Stalin en 1944, fecha en la cual si el rumano Traian Romanescu realmente conocía todo lo que decía conocer, debió de haber huído de su país hacia Occidente.

La Universidad de Bucarest, o Universitatea din bucuresti en la lengua rumana:





supuesta Alma Mater del “rumano” Romanescu que ciertamente hablaba y escribía en el idioma Español a la perfección y que además era (supuestamente) todo un experto académico en Historia Mundial y Política, ha graduado académicos europeos notables. Sin embargo, esta universidad jamás tuvo entre su profesorado a ningún Traian Romanescu que publicara en dicho país libro alguno denunciando una "gran conspiración judía". Es más, ninguno de los libros que Traian Romanescu se atribuye fueron publicados en Rumania ni antes de la Segunda Guerra Mundial, ni durante la Segunda Guerra Mundial, y ciertamente nunca después de concluída la Segunda Guerra Mundial cuando hubiera sido imposible hacer tal cosa al estar el país bajo la órbita del dictador soviético Stalin quien tenía pocas simpatías para con quienes simpatizaran con las ideas propias del fascismo. Quien se traslade hasta la Universidad de Bucarest buscando allí al mundialmente famoso Traian Romanescu autor de libros antisemitas va a salir con las manos vacías, porque ni va a encontrar allí a tal personaje ni a ninguno que haya sido familiar suyo. Buscar en la Universidad de Bucarest al “profesor” Traian Romanescu es buscar a un personaje que nunca existió allí. Por lo menos no en la Universidad de Bucarest, por lo menos no en Rumania.

Cabe aclarar que la palabra Traian es un nombre propio usado en Rumania (Traian Basescu fue el Presidente de Rumania hasta el 2007). Y el patronímico “escu” sufijado a una palabra y el cual se puede tomar como “hijo de” sí es usado también en Rumania para formar un apellido. Sin embargo, el apellido Romanescu, si se trata de un seudónimo, si se trata de un personaje al que se le quiso dar un origen rumano, puede ser visto como indicativo de una falta absoluta de imaginación, o como una artimaña para convencer a los demás de que efectivamente con un apellido así se trata de un rumano, algo así como llamarse a uno mismo como Petrovich Russinsky para convencer a los demás de tener una procedencia rusa. ¿Quién lo pondrá en tela de duda, con un nombre y un apellido así? Sea como sea, si Traian Romanescu es un nombre inventado, debemos suponer que quien haya usado tal ficción es una persona dada al uso de los seudónimos para esconder su verdadero rostro al igual que como acostumbran hacerlo los militantes de las sociedades secretas de la ultraderecha mexicana, lo cual es sumamente criticable porque en este caso se trata de un tipo que en uno de sus libros se dedica en un capítulo a estarle achacando a los judíos la supuesta costumbre de estarse escondiendo bajo seudónimos, costumbre muy común en los círculos internos de la ultraderecha clandestina.

Agotadas las posibilidades de poder ubicar a Traian Romanescu en la Universidad de Bucarest, el siguiente paso lógico consiste en concederle el beneficio de la duda y tomarle la palabra cuando nos afirma que estaba “refugiado en Occidente”. Pero... ¿en qué parte de Occidente? En las universidades de Inglaterra no conocen a ningún académico de nombre Traian Romanescu que haya publicado obras en Inglés de corte antisemita, como tampoco hay rastro de él en Francia, en Alemania, o en otras ciudades de Europa. Si aceptamos que este sujeto poseía un dominio casi perfecto del Español, y que además era un ardiente simpatizante del fascismo antisemita, entonces lo lógico es que se hubiera refugiado en España, país que bajo la dictadura de Francisco Franco se convirtió en el refugio predilecto de Nazis tan renombrados como León Degrelle e inclusive su compatriota rumano Horia Sima. Allí se hubiera sentido como en su propia casa en la compañía de gente como Joaquín Bochaca, y no habría tenido dificultad alguna para obtener una posición académica en cualquier universidad española con Francisco Franco intercediendo personalmente en su favor. Pero aquí tenemos otro hecho extraño. Si el Traian Romanescu que estamos buscando se hubiera refugiado en España, entonces todos sus libros se habrían publicado en España. Sin embargo, sus libros fueron publicados no en Europa, sino en el continente americano. El Traian Romanescu que estamos buscando tampoco se encontraba en España.

Es aquí cuando volteamos nuestra búsqueda hacia el continente americano. En los Estados Unidos y en Canadá, miles de europeos anticomunistas encontraron asilo antes, durante, y después de concluída la Segunda Guerra Mundial. Pero Traian Romanescu no fue uno de ellos. Quien lleve a cabo una búsqueda exhaustiva en los registros públicos tanto de las universidades norteamericanas como de las oficinas públicas buscando al tal Traian Romanescu saldrá con las manos vacías. Además, si se hubiera asilado en Norteamérica, es lógico suponer que sus libros se habrían escrito y publicado primero en el idioma Inglés, con un mercado potencial de lectores mucho más amplio y mucho más importante, con la traducción al Español relegada a segundo término. Pero ninguno de sus libros había aparecido publicado en el idioma Inglés cuando salieron a la luz en México. En Sudamérica, también miles de europeos anticomunistas e inclusive criminales de guerra Nazis (Adolph Eichmann en Argentina, Josef Mengele en Brasil) también encontraron asilo, pero Traian Romanescu tampoco fue uno de ellos. Si Traian Romanescu se describió a sí mismo como “ACTUALMENTE REFUGIADO EN OCCIDENTE” pero no se encontraba refugiado ni en Europa ni en Norteamérica ni en Sudamérica, entonces... ¿a dónde podría haber ido? En sus libros nunca lo aclaró, y mucho menos puso domicilio alguno en el que se le pudiera contactar. Obviamente, era alguien que no quería dar la cara, que no quería mostrar su verdadero rostro ante nadie, quería vivir en la más completa secrecía, en el más completo anonimato.

Así, nuestra búsqueda de Traian Romenescu parece llegar a un callejón sin salida. Sin embargo, queda un último recurso. Si todos sus libros aparecieron publicados por primera vez en México, entonces tenemos que buscarlo en México. Aquí es en donde seguramente lo encontraremos; y si no lo podemos encontrar aquí entonces de seguro no lo podremos encontrar en ninguna otra parte. La búsqueda se dificulta porque no tenemos ninguna fotografía suya, esto porque jamás apareció fotografía suya en ninguno de sus libros, ni tenemos ningún domicilio en donde haya vivido, lo único que tenemos es un nombre y un apellido, aunque tenemos en nuestras manos su amplia producción literaria.

En el interior de su obra “cumbre” La Gran Conspiración Judía, aparece entre paréntesis el texto “Traducción del rumano por el autor”. Si el supuesto rumano Traian Romanescu tradujo él mismo sus libros del Rumano al Español (no se conoce edición rumana alguna de su obra), entonces debería haber sido un rumano con un dominio extraordinario del idioma Español, el mejor de todos, ya que utiliza metáforas y expresiones figurativas del lenguaje que no utilizan inclusive muchísimos hispanoparlantes. Lo cual puede empezar a llevar a varios lectores a sospechar que posiblemente hasta se trate no de un rumano sino de un español o inclusive de un mexicano. Esto explicaría el hecho del por qué inmediatamente después de que estuvieron apareciendo las obras de Traian Romanescu en México publicadas en Español no aparecieron los ejemplares correspondientes en Rumano: un español o un mexicano sin el dominio del Rumano, una lengua romance utilizada por una población relativamente pequeña de Europa, tendría dificultades enormes en traducir los materiales del Español al Rumano. Y aunque hay en México unos cuantos habitantes que dominan tanto el Español como el Rumano, Traian Romanescu no fue uno de ellos.

Si Traian Romanescu no quería ser localizado y mucho menos ser identificado por nadie, entonces la Ciudad de México no sería el lugar en donde empezaríamos a buscarlo, ya que se abstendría deliberadamente de dar en sus libros cualquier pista de su lugar de residencia, y al aparecer la Ciudad de México como el lugar de publicación de sus obras obviamente era porque no vivía en la Ciudad de México. Esto nos lleva a la segunda ciudad más importante de México, la ciudad de Guadalajara. Aunque ni la palabra “Guadalajara” ni la palabra “Jalisco” aparecen mencionadas en ninguna parte de los libros de Traian Romanescu, esta es la primera ciudad a la que iríamos precisamente por ser una de las ciudades más grandes de México, en segundo orden de importancia después de la Ciudad de México. E iríamos a ella precisamente porque “Traian Romanescu” se abstiene de nombrarla por completo (de no encontrarlo allí, la búsqueda tendría que ser ampliada a otras ciudades de México que tampoco aparecen mencionadas en los libros de “Romanescu”, como León en Guanajuato, Monterrey en Nuevo León, y Tijuana en Baja California).

Resulta que es precisamente en la ciudad de Guadalajara en donde encontramos leyendas de algo que parece ser un secreto a voces en dicha ciudad, un secreto muy mal guardado por cierto, según el cual Traian Romanescu nunca existió porque fue tan sólo un seudónimo. Y junto con este dato, nos llega otro dato interesante, el dato de que si queremos saber algo más acerca de “Traian Romanescu”, debemos indagar todo lo que podamos acerca de uno de los fundadores de la Universidad Autónoma de Guadalajara, un Licenciado de nombre Carlos Cuesta Gallardo.

No hay muchas fotografías públicas disponibles de Carlos Cuesta Gallardo. Esto es debido a que este sujeto no se dejaba fotografiar por nadie, y cuando había algún fotógrafo cercano en alguna fiesta o en alguna ceremonia Cuesta Gallardo invariablemente volteaba su cara hacia otro lado o inclusive se levantaba de la mesa en la que estaba sentado y buscaba perderse entre la multitud. Varios de los que tuvieron trato personal con él lo describen como un ser taciturno, de aspecto amargado, en ocasiones de mirada dura dejando traslucir un carácter hosco, duro, e inclusive despiadado. Hacía lo posible por pasar desapercibido, ocultándose de cualquier forma en que pudiera como si estuviese huyendo de la ley, manifestando con tal actitud los terribles delirios de persecusión rayanos en la paranoia que lo consumieron toda su vida. Hubiera sido un interesantísimo caso clínico para cualquier psicólogo o psiquiatra, de no haber sido porque era un individuo sumamente secretivo que no confesaba sus verdaderas intenciones y temores íntimos a nadie, lo cual le imposibilitaba el buscar ayuda médica o inclusive ayuda espiritual dentro de la Iglesia Católica habido el hecho de que el verdadero católico creyente debe revelarle todo a su sacerdote confesor antes de obtener la absolución a sus pecados. Lo único que le podía soltar la lengua ante gente cercana a él era el ponerse a hablar por períodos prolongados de tiempo acerca de “la gran conspiración judía masónica comunista”, de la cual presumía saber muchísimo considerándose a sí mismo una verdadera autoridad. Y de hecho, lo que sabía acerca de “la gran conspiración judía masónica comunista” coincidía plenamente con lo que estaba apareciendo publicado en los libros de aquél desconocido profesor rumano “Traian Romanescu”, al cual casi podía recitarlo de memoria. Quien creyera a pie juntillas en todas las exóticas fantasías construídas en torno a “la gran conspiración judía masónica comunista” podía considerarse a sí mismo como un gran amigo de Carlos Cuesta Gallardo, y quien pusiera en tela de duda cualquiera de las afirmaciones hechas por “Traian Romanescu” podía considerarse tomado por Carlos Cuesta Gallardo como un enemigo de por vida.

Como ya se mencionó, hay pocas fotografías públicas disponibles de Carlos Cuesta Gallardo por su renuencia a ser fotografiado. Sin embargo, la imagen con la cual se le recuerda y se le “venera” dentro de la Universidad Autónoma de Guadalajara es la siguiente:





Carlos Cuesta Gallardo no sólo fue uno de los fundadores de la Universidad Autónoma de Guadalajara y de la sociedad secreta de ultraderecha Tecos. Es un hecho histórico y no anecdótico que Carlos Cuesta Gallardo se trasladó hasta la Alemania Nazi para establecer contacto con el Nacionalsocialismo Alemán. Y todo permite suponer que fue atendido con especiales consideraciones dada la importancia que Hitler le concedía a México por su vecindad inmediata con los Estados Unidos de Norteamérica. Ciertamente, ayudó mucho que tuviera un aspecto “ario”, lo cual seguramente ha de haber sido del mayor agrado de sus anfitriones. Posiblemente si les hubiera llegado un mexicano más “típico” de piel morena obscura y chaparro, sus racistas anfitriones le habrían dado el trato que podía esperar de los Nazis alemanes un mexicano “racialmente inferior”. Pero estaba predestinado que sería este sujeto, precisamente uno de los más endurecidos conservadores de la sociedad jalisciense, el que llegaría a la Alemania Nazi iluminando los ojos de sus contactos que posiblemente forjaron muchos planes con él, planes que quedaron truncos con la derrota contundente de la Alemania Nazi en 1944.

Veamos lo que nos dice el formidable equipo Alianza Estudiantil Prometeo de la Universidad Iberoamericana acerca de Carlos Cuesta Gallardo en su ya célebre trabajo La Ultraderecha Mexicana: Complot contra México:

Traian Romanescu es un seudónimo bajo el cual se esconde un mexicano de la peor ralea, el cual en su juventud se trasladó en persona hasta la Alemania Nazi para recibir “luces”. “Traian Romanescu” se presenta a sí mismo en los prólogos de sus libros como un exiliado rumano ex-profesor de la Universidad de Bucarest quien huyó hacia el continente americano después de que tras la derrota de la Alemania Nazi en la Segunda Guerra Mundial Rumania cayó bajo la órbita comunista; escapando al mundo libre con todas las pruebas en la mano que documentaban la realidad de la gran conspiración judía. Sin embargo, nadie llegó a ver jamás al profesor Traian Romanescu (quien con un apellido tal nadie dudaría que efectivamente es un rumano). Nadie sabe dónde se podía encontrarlo para llevar a cabo una entrevista, nadie sabe de qué vivía o en qué trabajaba, y aunque muchos fanáticos de la ultraderecha desearían haber tenido el honor de poder estrechar su mano, nunca existió dirección alguna en donde se le pudiera localizar. De hecho, nadie lo habría podido localizar jamás, porque como ya se dijo, Traian Romanescu no existe, nunca existió. Traian Romanescu es, de hecho, un seudónimo, el seudónimo de un mexicano, el seudónimo de uno de los principales fundadores de la Universidad Autónoma de Guadalajara.

Podemos intentar rechazar la tesis de que Carlos Cuesta Gallardo haya sido el hombre detrás de la máscara “Traian Romanescu”, pese a su conocida ideología extremista y su acendrado antisemitismo, pese a haber sido uno de los fundadores de la ultraderechista Universidad Autónoma de Guadalajara y por lo tanto también de la sociedad ultraderechista secreta Tecos, pese a ser un admirador reconocido de Adolfo Hitler, pese a que parecía conocer casi de memoria todos los libros de “Traian Romanescu” cuando apenas estaban apareciendo a la venta en las librerías de México. Pero ello nos dejaría con un problema: tendríamos que aceptar que todos los libros propagandísticos de “Traian Romanescu” se escribieron solos, o mejor dicho, que fueron escritos por un rumano que nunca existió, una vez agotadas todas las demás posibilidades. Sin embargo, en este caso todas las flechas en la ciudad de Guadalajara apuntan hacia él. Y es el único en todo México al cual apuntan de manera unívoca. En todo México, no hay nadie más que mejor encaje en la descripción de lo que esperaríamos de un sujeto como “Traian Romanescu”. Y aquí podemos aplicar el refrán que dice “si grazna como un pato, camina como un pato, nada como un pato, y tiene el aspecto de un pato, lo más probable es que sea un pato“.

“Traian Romanescu” desapareció tan misteriosamente como apareció a principios de la década de los sesenta en el escenario mundial en México, justo al mismo tiempo en que Carlos Cuesta Gallardo dejó de existir. Tras la muerte del Licenciado Cuesta Gallardo, no volvió a aparecer ningún libro de “Romanescu”. No existe lugar al cual los admiradores de “Traian Romanescu” le puedan llevar flores a su tumba en ocasión del aniversario de su fallecimiento, porque no hay ninguna lápida en México que ostente el nombre de “Traian Romanescu”, al menos no del rumano que además de hablar en perfecto Español se haya adjudicado en vida la autoría de la más importante propaganda ultraderechista que se haya publicado en Latinoamérica, y mucho menos hay una fecha de fallecimiento que se le pueda asignar porque nadie sabe exactamente cuándo falleció. Sin embargo, se sabe exactamente la fecha de fallecimiento de Carlos Cuesta Gallardo, y se sabe del lugar en el que se encuentran sus restos mortales. Spectator tiene esos datos a la mano. Sin embargo, Spectator no proporcionará dichos datos a nadie, porque el paso de Carlos Cuesta Gallardo por este mundo fue poco menos que nefasto con su sello personal puesto en la creación de la sociedad secreta Tecos creada para liquidar a todos los supuestos perpetradores de “la gran conspiración judía masónica comunista”. Este hombre no merece ser recordado por nadie en el aniversario de su fallecimiento (un fallecimiento en el cual, dicho sea de paso, hubo algunas circunstancias extrañas motivadas quizá por la enorme codicia y ambición que seguramente despertaron los cada vez más fuertes ingresos monetarios que estaba produciendo ya la Universidad Autónoma de Guadalajara; la oportuna muerte de Carlos Cuesta Gallardo les dió a los que se quedaron en su lugar una oportunidad dorada para acaparar la codiciada “herencia”); ni merece flores en el lugar en donde reposan sus restos ni merece recordatorios o memoriales especiales. No merece nada, excepto lo que tal vez le esté sucediendo en el más allá en retribución por haber apartado a muchos jóvenes del verdadero camino que conduce hacia el Supremo Creador. Que le lleven flores a su tumba todos aquellos que fueron sus compinches en vida, a quienes se les está acercando también la hora en la que habrán de hacerle compañía a Carlos Cuesta Gallardo en dondequiera que hoy se encuentre, posiblemente algún lugar en donde hoy deambulan los espectros de individuos tales como Adolph Hitler, Julius Streicher, Adolph Eichmann, Josef Mengele, Klaus Barbie y Horia Sima. ¿A qué otro lugar más podrían ir, sino al lugar en donde seguramente terminaron cayendo éstos héroes suyos?

7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Bueno este articulo es una clara lluvia de veneno, pero no contra Romanescu, Gallardo o quien fuera que haya sido sino contra contra el legado que a el o ellos se les atribuye, e indudablemente una mente tan clara como la escritora de este articulo no podria nunca despreciar tanto una mentira.

lunes, 02 febrero, 2009  
Anonymous Anónimo said...

Yo fui un lector asiduo de todos los libros de Romanescu en los años setenta, y siempre me intrigó el hecho de que no apareciera jamás una sola fotografía suya en ninguno de sus libros, como también me llamó la atención el hecho de que nunca pusiera en ninguno de sus libros un domicilio o un teléfono en el que se le pudiera contactar. Siempre me intrigó el hecho de que pese a lo impactante de las revelaciones que decía estar haciendo no viajase nunca por la república mexicana dando conferencias por cuya entrada podría haber cobrado lo que quisiera, y habría tenido gente de sobra dispuesta a pagar lo que pidiera por la entrada. También me llamó mucho la atención el hecho de no ver jamás una nota o una entrevista suya publicada en algún periódico o revista de aquella época, y eso que yo vivo en una ciudad grande. Siempre me pregunté cómo era posible que un extranjero pudiese escribir con la fluidez propia de cualquier mexicano en el idioma español. Y es hasta ahora que he encontrado la respuesta a todas mis dudas y preguntas acerca de Romanescu en estos brillantes trabajos. ¡Gracias, spectator, por quitarnos la venda que cubría nuestros ojos! ¡Gracias, spectator, por exponer el engaño sin pedir nada a cambio!

martes, 09 junio, 2009  
Anonymous Anónimo said...

den su nombre culeros---------GOLIATH

martes, 21 diciembre, 2010  
Anonymous Anónimo said...

¡vaya, vaya, vaya! ahora resulta que el puerco de GOLIATH, el cual jamas nos ha dado su nombre, el cual jamas se ha identificado, el cual jamas le ha dicho a nadie quien es aunque a leguas se puede ver que se trata de un desgraciado teco de la autonoma de guadalajara y de seguro un alto funcionario o hasta uno de los dueños de la misma, nos exige a nosotros y tambien le exige a spectator que de su nombre o sus nombres.
pinchi teco infeliz y desgraciado, ¿para que quieres saber quien es spectator? ¿para poder enviarle a tus matones que has entrenado para matar? ¿acaso crees que spectator es alguien tan pendejo y tan fanatico como tu? ¿pues quien te crees que eres, mendigo corruptor de la juventud mexicana, amigo de asesinos, falso cristiano, admirador de genocidas, simulador de pacotilla, traidor entre los traidores, burro de carga de esa infernal universidad de caricatura cuya mala fama se ha estado extendiendo al mundo entero? ¿todavia estas rumiando la muerte de ese infecto puerco fascista que fundo a la universidad mas retrograda de nuestro sistema solar y cuyo nombre no menciono para no ofender a los demas lectores de este blog?
spectator: sabemos que haces lo mejor de tu parte para dar cabida a todos los puntos de vista, incluídos los contrarios, pero por favor, ponle bola negra al desgraciado teco de goliath que no contribuye con nada mas que pura propaganda y fanatismo. jamás te ha agradecido que le hayas dado entrada a sus miserables comentarios que ni a comentarios llegan, y ya estamos cansados y hartos de verlo por aqui derramando su bilis y su veneno rencoroso.
y tu, GOLIATH, vete a chingar ... ya sabes que, pero por favor deja de estar chingando estos foros en los que tu no mereces presencia alguna; no eres digno ni siquiera de lamerle la suela de los zapatos al gran spectator, dedicate mejor a tus sesiones espiritistas de nacionalsocialismo con tus compinches de cabeza dura que de seguro son tan criminales y tan obstinados como tu. no nos das lastima, nos causas asco y ganas de vomitar. mejor pidele a los maestritos chafas de las escuelas de ingenieria de la autonoma de guadalajara que si son tan buenos que te inventen una maquina del tiempo para que puedas regresar al pasado a Alemania para ayudarle a los nazis en todo lo que puedas ayudarles que al fin y al cabo para eso es lo unico para lo que parece que eres bueno, y por ello mismo nunca te has querido identificar ni mostrar tu rostro porque de hacerlo tal vez hasta te daria verguenza de ti mismo aunque la verguenza la has de haber perdido hace mucho mucho tiempo. y nuevamente, GOLIATH, vete a chingar ... ya sabes que, una y mil veces.
ah! y yo tampoco voy a dejar aqui mi nombre, y cuidadito con echarmelo en cara porque en este caso todo lo que me digas se te va a revertir infeliz teco cobarde y desgraciado.

domingo, 20 febrero, 2011  
Anonymous goliath soy tu padre said...

colegas, que somos fieles seguidores de estos blogs. aunque el teco goliath nos caiga en los purititos huevos, en una cosa si hay que darle toda la razon y seguir su ejemplo haciendo lo mismo que lo que hace goliath; debemos ocultar nuestras identidades en el anonimato y al mismo tiempo rayarles el disco a los yunques que usen identidades anonimas. demosle todos las gracias por mostrarnos el camino al pinchi goliath valemadere.

martes, 12 abril, 2011  
Anonymous Raquel Armendariz said...

Hasta el día de hoy he tratado de leer todos los trabajos de spectator2006 que han estado siendo publicados conforme han ido apareciendo en internet, y lo que han puesto los comentaristas aqui en este documento me ha puesto a pensar en una cosa. Entre los que defienden a capa y espada a la UAG en las secciones de comentarios de estas bitacoras, no creo haber visto un solo comentario en el que el remitente se identifique como funcionario, maestro o alumno de la UAG, dando su nombre y apellidos completos asi como el semestre y la carrera que cursan o el puesto que tienen dentro de la UAG, como si ellos mismos se avergonzaran de lo que estan defendiendo o como si se avergonzaran de que sus nombres puedan ser ligados a esa escuela. Bueno, aunque creo que yo tambien me sentiria avergonzada de pertenecer a una institucion así con la famita que se carga esa institución y también haria lo mismo que lo que estan haciendo ellos, tampoco desearía que se me identificara con esa escuela pese a estarla defendiendo de quienes la estan denunciando.

sábado, 16 abril, 2011  
Anonymous Anónimo said...

yo anterior mente me enpesaron a platicar de ciertas cuestiones antisemitas pero la pura verdaad no tengo el conocimiento bastocomo para poder decir o apoyar a este grupo de derecha ni alos masones pero quiero conoser el verdadero mundo y poder saber quien es quien la derecha es secreta y conspiradora pero la izquerdad quienes son y que asen les dejo volvere a visitar este sitio att J.

miércoles, 27 marzo, 2013  

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